Post by Dis Uzbadnatha on Mar 28, 2015 14:35:56 GMT
Nombre:
Heirs of Durin
Rating: T
Categoría:
Aventura. Accion.
Summary:
La Batalla de los Cinco Ejércitos ha terminado.
Los orcos huyen superados por la alianza de enanos, elfos y hombres ayudados por las grandes águilas.
Thorin, Fili y Kili, junto con los demás miembros de la compañía han sobrevivido, aunque no ilesos. Hay heridas que tardaran en curar.
Notas: Historia propia de lo que podría haber ocurrido. Con final alternativo al de la película de Jackson.
Cap. 1
Heirs of Durin
Rating: T
Categoría:
Aventura. Accion.
Summary:
La Batalla de los Cinco Ejércitos ha terminado.
Los orcos huyen superados por la alianza de enanos, elfos y hombres ayudados por las grandes águilas.
Thorin, Fili y Kili, junto con los demás miembros de la compañía han sobrevivido, aunque no ilesos. Hay heridas que tardaran en curar.
Notas: Historia propia de lo que podría haber ocurrido. Con final alternativo al de la película de Jackson.
Cap. 1
La Batalla
En las ruinas de la Colina del Cuervo, Thorin observa impotente como Azog sujeta a su sobrino Fili por el borde de las mismas, levantando el brazo para apuñalarle por la espalda como el cobarde que es.
De pronto, una flecha atraviesa el brazo del maldito que, por reflejo, abre la mano dejando caer al enano al vacío.
Un fuerte crack sonó cuando Fili impactó contra el suelo, que grito retorciéndose de dolor momentos antes de que perdiera el sentido.
Kili abrió los ojos como platos de la sorpresa al ver caer a su hermano frente a él, su pierna derecha rota y sangrando abundantemente ahí donde el hueso había cortado piel y carne. Se arrodillo a su lado buscando su pulso y apenas lo nota. Su hermano se moría.
Impulsado por la rabia sube las escaleras en busca de los orcos, en busca de venganza, acabando con todo aquel que se encuentra en su camino. Han matado a su hermano y él los va a matar a todos.
Mientras pelea contra un par de orcos, escucha que alguien lo llama. Una voz que no esperaba volver a escuchar. Tiene que ser su imaginación. Vuelve a escuchar que lo llama la misma voz. Tauriel! No podía ser ella!
Degolla al orco que queda en pie y se gira llamándola, gritando su nombre sale en su busca. Y entonces la ve.
Bolg está tratando de estrangularla, pero Tauriel le lanza una fuerte patada en la rodilla que hace que el orco grite y la lance contra el muro con tal fuerza, que la elfa siente romperse sus costillas, dejándola sin aire y sin poderse mover.
Bolg se acerca a ella levantando su maza, dispuesto a aplastarle la cabeza y en ese momento, Kili salta sobre el orco desde la atalaya donde estaba, para apuñalarle, pero este interpone su maza, lanzando al enano por encima de su cabeza que, rápidamente se pone en pie lanzando estocadas a diestro y siniestro.
Bolg, además de ser más fuerte que un orco normal, tiene placas metálicas incrustadas entre su piel, por lo que los golpes apenas le afectan. El orco le devuelve los golpes, hasta que consigue acertar a Kili en la cabeza, haciéndole perder el equilibrio. Bolg le sujeta para acabar con él.
Tauriel grita sacando fuerzas donde no las tiene, salta cayendo sobre Kili al mismo tiempo que Bolg baja el brazo y clava la pica en el cuerpo de la elfa, atravesándola y alcanzando al enano en el pecho debajo del hombro.
Por un segundo, el tiempo se queda congelado.
- Cumplí mi promesa…- Susurra Tauriel sonriendo a Kili y acaricia su mejilla intentando decir algo mas, pero la muerte se lo impide.
El joven enano mira horrorizado sin poder hacer nada más que apartar su cuerpo con cuidado y, cuando escucha el grito de triunfo del orco se lanza sobre el con toda la rabia y dolor que siente, cayendo los dos por el borde del acantilado, golpeándose contra las rocas se separan y Kili queda tendido quieto en un saliente…
En el rio congelado, Thorin ha recuperado a Orcrist del pecho de un orco cuando Legolas la lanzo, matando a quien estaba a punto de acabar con él y se encuentra cara a cara con el asesino de su padre y su abuelo. Azog.
El pálido orco sostiene una larga cadena terminada en una gran roca, que lanza una y otra vez sin piedad contra Thorin, rompiendo el hielo bajo sus pies.
El enano solo puede esquivar los golpes intentando evitar caer entre los bloques de hielo al agua o ser aplastado. Thorin termina perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo, rueda una y otra vez hasta que consigue ponerse en pie y acercarse a Azog lo suficiente para asestarle una cuchillada en el vientre, avanzando hasta quedar a la espalda del orco que lanza la roca por encima de su cabeza con tal fuerza que, queda clavada en el hielo.
Thorin aprovecha este segundo de respiro para reponerse un poco. Ambos enemigos están cansados, pero también saben que este es su último enfrentamiento. Los dos lucharan hasta morir o matar.
Entonces un movimiento a la espalda de Thorin capta la atención de Azog.
Las grandes águilas han llegado, y van directas a acabar con el ejército de Azog que baja por la colina a su espalda.
Thorin no deja escapar la oportunidad de la distracción de su enemigo, tira la espada detrás de suyo, el sonido del metal contra el hielo hace Azog se enfrente de nuevo a él. Coge la roca y se la lanza al orco un segundo antes de retroceder un paso dejando a su enemigo solo en la placa de hielo flotante que, se inclina hundiendo a Azog en las heladas aguas.
El enano respira tranquilo, Azog está muerto y él ha vengado las muertes de todos los suyos.
Agotado, se agacha a recoger su espada y entonces escucha un gruñido que hace que se detenga y su cara cambie al ver al orco deslizándose bajo el hielo, mirándole. Thorin camina siguiéndole, necesita estar seguro de que está muerto.
De pronto, Azog clava la espada que sustituye su mano amputada, atravesando el hielo y el pie de Thorin, que cae al suelo con un grito de dolor mientras el orco sale a la superficie rompiendo la capa de hielo, se lanza sobre Escudo de Roble dispuesto a clavarle la espada en el pecho, el enano detiene el golpe cruzando su propia espada y sujetándola con ambas manos.
Durante un momento, ambos se mantienen así, uno empujando y el otro frenando, pero Thorin sabe que está débil y en clara desventaja, así que hace lo impensable.
Retira su espada dejando que el orco le apuñale en un costado.
Azog sonríe triunfante cuando su arma al fin muerde la carne del enano, sonrisa que se transforma en una mueca de sorpresa cuando Thorin le atraviesa el pecho con Orcrist y empujándole a un lado, se sienta encima de él y clava con más fuerza, atravesando incluso el hielo y no se mueve hasta que finalmente Azog muere.
Lentamente, Thorin se pone en pie. Sabe que está herido de muerte.
Despacio, se acerca al borde del acantilado para ver como los orcos huyen, siente como la vida se le escapa con cada exhalación de aire. Las piernas no le sostienen y se derrumba, mira a un lado cuando escucha pasos y se alegra al ver llegar al hobbit a su lado que había corrido al ver caer a Thorin.
- Bilbo.- Murmura antes de toser, de su boca sale un hilo de sangre.
- No, no te muevas.- El mediano examina las heridas de Thorin y horrorizado se da cuenta de su extrema gravedad. Desesperado mira hacia el acantilado.- GANDAAAAALLLFF!!
- Me alegro de verte.- Tose dejando escapar más sangre.- Deseo partir en amistad contigo…
- Shhh.. Shhh.. Tú no vas a irte a ningún lado. Vas a vivir.- Pone sus manos sobre la herida y vuelve a llamar al mago a gritos.
- Lamento mis palabras y lo que te hice en la puerta… Hiciste lo que un verdadero amigo haría…- Lucha por respirar.- Perdóname. Estaba demasiado ciego. Siento tanto haberte puesto en peligro…
- No… Me alegro de haber compartido vuestros peligros Thorin! Todos sin excepción. Es mucho más de lo que cualquier Bolsón merece…- Replico Bilbo, negando mientras seguía tratando de detener la hemorragia y volviendo a llamar a Gandalf desesperado, viendo como la nieve se tiñe cada vez mas de rojo.
- Adiós, señor Saqueador…- Sonrió Thorin, feliz de irse en paz con su amigo.- Vuelve a tus libros, a tu cómodo sillón. Planta esos arboles. Disfruta viéndolos crecer…- Cogió aire con dificultad, obligándose a seguir.- Si más gente valorara el hogar por encima del oro, este sería un mundo más feliz.
- NO. Nonono… Ni se te ocurra. Thorin… Thorin, aguanta…
En ese momento Thorin exhaló una última vez mientras sus ojos se dirigían al cielo. Gandalf se arrodillo al lado del enano y poniendo una mano sobre la herida y otra sobre su cabeza murmuro unas palabras en un idioma muerto hace siglos.
Bilbo se cubrió los ojos con la mano llorando, sin poder creer que, Thorin Escudo de Roble, su amigo, hubiera muerto.
La mano del mago se apoyó en el hombro del hobbit, consolándole.
- Está bien, mi pequeño amigo. Thorin descansa.- Dijo suavemente.
Legolas observa el cuerpo de Tauriel y como el joven enano, arrodillado junto a ella, descubre la piedra con las runas que la elfa aun sujeta, cogió su mano, meciéndola en su pecho y besándola suavemente.
Sin poder ver más, el elfo se alejó de allí, encontrándose con su padre en los túneles, se alegró que hubiera sobrevivido a la batalla, pero también le informo que no podía regresar al reino elfico.
Thranduil lo entendía, pues sabia el amor que sentía por Tauriel, le aconsejo que fuera al norte y buscara a un joven dunedain conocido como Trancos. Tras intercambiar unas pocas palabras más, Legolas se marchó de allí y el rey siguió recorriendo los túneles llegando al lado de Kili y Tauriel.
- Os la queréis llevar.- Susurro sin apartar los ojos de ella.
- Sí.
- ¿Por qué murió por mí?
- Porque su amor era real.
Kili levanto la mirada hasta Thranduil.
- Dejad que se quede conmigo.
- Era una elfa de los bosques. Debe descansar bajo las estrellas.
- Era una elfa que amaba a un enano.- Murmuro acariciando su cara.- Yo hare que descanse bajo ellas. Hare que siempre camine bajo las estrellas…
Thranduil guardo silencio un rato mirándolos a los dos y finalmente asintió.
- Está bien. Ordenare que preparen su cuerpo y se quede.- Se acercó al enano extendiendo su mano.- Vamos. Mis médicos están con tu hermano y tus heridas necesitan ser tratadas.
Kili se inclinó besando los labios de Tauriel con ternura y se puso en pie ayudado por el rey, mirando una ultima vez el cuerpo de Tauriel mientras se alejaban.
* * *
Thorin abrió los ojos confuso, parpadeo tratando de recordar donde estaba y que había pasado, mientras su visión se ajustaba, intento levantar la cabeza, pero el fuerte mareo se lo impidió.
Sus ojos se encontraron con Balin, que fumaba en pipa mientras le miraba con ojos preocupados y una pequeña sonrisa en su amable rostro.
- ¿Fili? ¿Kili?- Susurro con voz ronca
- Están bien. Heridos, pero bien.- Señalo un par de camastros al otro lado, donde los dos hermanos dormían.- No han querido separarse de tu lado desde que os bajaron de la colina.
Thorin miro a sus sobrinos y sonrió orgulloso de ellos antes de volver a mirar a Balin.
- ¿Dónde? ¿Cómo?- Carraspeo intentando quitarse la sequedad de la garganta.
- Thranduil.- Ante la mirada de extrañeza de Thorin, Balin asintió dando una profunda calada a su pipa antes de continuar.- Gandalf llego a ti justo a tiempo, te salvo. Y aunque no lo creas, el rey Thranduil ordeno que se dispusiera de todo lo necesario, tanto para hombres como para enanos. Esta es su tienda.
Thorin cerró los ojos y asintió despacio, se sentía cansado, pero aun no podía descansar, necesitaba saber que había pasado. Balin se levantó y le ayudo a beber un poco de vino.
- ¿Bilbo y los demás?- Pregunto después de beber y agradecerle a su primo. Hablaban en voz baja para no despertar a los chicos.
- Todos están bien. Se han estado turnando para hacer guardia a tu lado y de no ser por todo el trabajo que hay, todos estarían aquí ahora. Gandalf se marchó con las águilas aquel mismo día, aunque dijo que volvería en unos días o semanas.- Rio un poco cuando Thorin resoplo molesto, pero mirándole con una pequeña sonrisa.- Tu primo Dain se fue ayer, después de retirar los cuerpos de los nuestros, pero ha tenido un destacamento en la puerta de Erebor para evitar que nadie antes que tu entre en la montaña, también prometió regresar en un par de días con víveres y un ejército de enanos para ayudarnos a reconstruir y limpiar Erebor hasta que los nuestros lleguen de Ered Luin, a los que ya envió mensaje de que hemos recuperado nuestro hogar… ¿Thorin que haces?- Pregunto cuando vio que se intentaba incorporar.
- Intento levantarme, hay mucho que hacer y poco tiempo
- Estate quieto.- Dijo obligándole a acostarse en la cama.- Has estado a punto de morir Thorin, dos días inconsciente, tienes que descansar, y es noche cerrada, no hay nada que hacer hasta mañana.
Los dos se quedaron completamente quietos y en silencio, mirando hacia el camastro que ocupaba Kili que se revolvía en sueños murmurando algo.
- No le había visto hacer eso desde que era un niño pequeño…- Murmuro preocupado.
Balin asintió mirando también al muchacho removerse en la cama.
- Los dos estaban muy mal cuando los trajeron. Pero es Kili quien más me preocupa…- Dijo y le contó a Thorin lo que había ocurrido con Tauriel. Lo poco que sabían y de lo que les había informado el propio Thranduil, pues Kili se había negado a hablar de ello.- Me temo que sus heridas son más profundas de lo que se ve a simple vista
Los dos enanos hablaron durante algún tiempo más, terminando de ponerse al día y planeando que hacer en los próximos días, hasta que finalmente, un agotado Thorin, volvió a quedarse profundamente dormido bajo la atenta mirada de su primo.
En las ruinas de la Colina del Cuervo, Thorin observa impotente como Azog sujeta a su sobrino Fili por el borde de las mismas, levantando el brazo para apuñalarle por la espalda como el cobarde que es.
De pronto, una flecha atraviesa el brazo del maldito que, por reflejo, abre la mano dejando caer al enano al vacío.
Un fuerte crack sonó cuando Fili impactó contra el suelo, que grito retorciéndose de dolor momentos antes de que perdiera el sentido.
Kili abrió los ojos como platos de la sorpresa al ver caer a su hermano frente a él, su pierna derecha rota y sangrando abundantemente ahí donde el hueso había cortado piel y carne. Se arrodillo a su lado buscando su pulso y apenas lo nota. Su hermano se moría.
Impulsado por la rabia sube las escaleras en busca de los orcos, en busca de venganza, acabando con todo aquel que se encuentra en su camino. Han matado a su hermano y él los va a matar a todos.
Mientras pelea contra un par de orcos, escucha que alguien lo llama. Una voz que no esperaba volver a escuchar. Tiene que ser su imaginación. Vuelve a escuchar que lo llama la misma voz. Tauriel! No podía ser ella!
Degolla al orco que queda en pie y se gira llamándola, gritando su nombre sale en su busca. Y entonces la ve.
Bolg está tratando de estrangularla, pero Tauriel le lanza una fuerte patada en la rodilla que hace que el orco grite y la lance contra el muro con tal fuerza, que la elfa siente romperse sus costillas, dejándola sin aire y sin poderse mover.
Bolg se acerca a ella levantando su maza, dispuesto a aplastarle la cabeza y en ese momento, Kili salta sobre el orco desde la atalaya donde estaba, para apuñalarle, pero este interpone su maza, lanzando al enano por encima de su cabeza que, rápidamente se pone en pie lanzando estocadas a diestro y siniestro.
Bolg, además de ser más fuerte que un orco normal, tiene placas metálicas incrustadas entre su piel, por lo que los golpes apenas le afectan. El orco le devuelve los golpes, hasta que consigue acertar a Kili en la cabeza, haciéndole perder el equilibrio. Bolg le sujeta para acabar con él.
Tauriel grita sacando fuerzas donde no las tiene, salta cayendo sobre Kili al mismo tiempo que Bolg baja el brazo y clava la pica en el cuerpo de la elfa, atravesándola y alcanzando al enano en el pecho debajo del hombro.
Por un segundo, el tiempo se queda congelado.
- Cumplí mi promesa…- Susurra Tauriel sonriendo a Kili y acaricia su mejilla intentando decir algo mas, pero la muerte se lo impide.
El joven enano mira horrorizado sin poder hacer nada más que apartar su cuerpo con cuidado y, cuando escucha el grito de triunfo del orco se lanza sobre el con toda la rabia y dolor que siente, cayendo los dos por el borde del acantilado, golpeándose contra las rocas se separan y Kili queda tendido quieto en un saliente…
En el rio congelado, Thorin ha recuperado a Orcrist del pecho de un orco cuando Legolas la lanzo, matando a quien estaba a punto de acabar con él y se encuentra cara a cara con el asesino de su padre y su abuelo. Azog.
El pálido orco sostiene una larga cadena terminada en una gran roca, que lanza una y otra vez sin piedad contra Thorin, rompiendo el hielo bajo sus pies.
El enano solo puede esquivar los golpes intentando evitar caer entre los bloques de hielo al agua o ser aplastado. Thorin termina perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo, rueda una y otra vez hasta que consigue ponerse en pie y acercarse a Azog lo suficiente para asestarle una cuchillada en el vientre, avanzando hasta quedar a la espalda del orco que lanza la roca por encima de su cabeza con tal fuerza que, queda clavada en el hielo.
Thorin aprovecha este segundo de respiro para reponerse un poco. Ambos enemigos están cansados, pero también saben que este es su último enfrentamiento. Los dos lucharan hasta morir o matar.
Entonces un movimiento a la espalda de Thorin capta la atención de Azog.
Las grandes águilas han llegado, y van directas a acabar con el ejército de Azog que baja por la colina a su espalda.
Thorin no deja escapar la oportunidad de la distracción de su enemigo, tira la espada detrás de suyo, el sonido del metal contra el hielo hace Azog se enfrente de nuevo a él. Coge la roca y se la lanza al orco un segundo antes de retroceder un paso dejando a su enemigo solo en la placa de hielo flotante que, se inclina hundiendo a Azog en las heladas aguas.
El enano respira tranquilo, Azog está muerto y él ha vengado las muertes de todos los suyos.
Agotado, se agacha a recoger su espada y entonces escucha un gruñido que hace que se detenga y su cara cambie al ver al orco deslizándose bajo el hielo, mirándole. Thorin camina siguiéndole, necesita estar seguro de que está muerto.
De pronto, Azog clava la espada que sustituye su mano amputada, atravesando el hielo y el pie de Thorin, que cae al suelo con un grito de dolor mientras el orco sale a la superficie rompiendo la capa de hielo, se lanza sobre Escudo de Roble dispuesto a clavarle la espada en el pecho, el enano detiene el golpe cruzando su propia espada y sujetándola con ambas manos.
Durante un momento, ambos se mantienen así, uno empujando y el otro frenando, pero Thorin sabe que está débil y en clara desventaja, así que hace lo impensable.
Retira su espada dejando que el orco le apuñale en un costado.
Azog sonríe triunfante cuando su arma al fin muerde la carne del enano, sonrisa que se transforma en una mueca de sorpresa cuando Thorin le atraviesa el pecho con Orcrist y empujándole a un lado, se sienta encima de él y clava con más fuerza, atravesando incluso el hielo y no se mueve hasta que finalmente Azog muere.
Lentamente, Thorin se pone en pie. Sabe que está herido de muerte.
Despacio, se acerca al borde del acantilado para ver como los orcos huyen, siente como la vida se le escapa con cada exhalación de aire. Las piernas no le sostienen y se derrumba, mira a un lado cuando escucha pasos y se alegra al ver llegar al hobbit a su lado que había corrido al ver caer a Thorin.
- Bilbo.- Murmura antes de toser, de su boca sale un hilo de sangre.
- No, no te muevas.- El mediano examina las heridas de Thorin y horrorizado se da cuenta de su extrema gravedad. Desesperado mira hacia el acantilado.- GANDAAAAALLLFF!!
- Me alegro de verte.- Tose dejando escapar más sangre.- Deseo partir en amistad contigo…
- Shhh.. Shhh.. Tú no vas a irte a ningún lado. Vas a vivir.- Pone sus manos sobre la herida y vuelve a llamar al mago a gritos.
- Lamento mis palabras y lo que te hice en la puerta… Hiciste lo que un verdadero amigo haría…- Lucha por respirar.- Perdóname. Estaba demasiado ciego. Siento tanto haberte puesto en peligro…
- No… Me alegro de haber compartido vuestros peligros Thorin! Todos sin excepción. Es mucho más de lo que cualquier Bolsón merece…- Replico Bilbo, negando mientras seguía tratando de detener la hemorragia y volviendo a llamar a Gandalf desesperado, viendo como la nieve se tiñe cada vez mas de rojo.
- Adiós, señor Saqueador…- Sonrió Thorin, feliz de irse en paz con su amigo.- Vuelve a tus libros, a tu cómodo sillón. Planta esos arboles. Disfruta viéndolos crecer…- Cogió aire con dificultad, obligándose a seguir.- Si más gente valorara el hogar por encima del oro, este sería un mundo más feliz.
- NO. Nonono… Ni se te ocurra. Thorin… Thorin, aguanta…
En ese momento Thorin exhaló una última vez mientras sus ojos se dirigían al cielo. Gandalf se arrodillo al lado del enano y poniendo una mano sobre la herida y otra sobre su cabeza murmuro unas palabras en un idioma muerto hace siglos.
Bilbo se cubrió los ojos con la mano llorando, sin poder creer que, Thorin Escudo de Roble, su amigo, hubiera muerto.
La mano del mago se apoyó en el hombro del hobbit, consolándole.
- Está bien, mi pequeño amigo. Thorin descansa.- Dijo suavemente.
Legolas observa el cuerpo de Tauriel y como el joven enano, arrodillado junto a ella, descubre la piedra con las runas que la elfa aun sujeta, cogió su mano, meciéndola en su pecho y besándola suavemente.
Sin poder ver más, el elfo se alejó de allí, encontrándose con su padre en los túneles, se alegró que hubiera sobrevivido a la batalla, pero también le informo que no podía regresar al reino elfico.
Thranduil lo entendía, pues sabia el amor que sentía por Tauriel, le aconsejo que fuera al norte y buscara a un joven dunedain conocido como Trancos. Tras intercambiar unas pocas palabras más, Legolas se marchó de allí y el rey siguió recorriendo los túneles llegando al lado de Kili y Tauriel.
- Os la queréis llevar.- Susurro sin apartar los ojos de ella.
- Sí.
- ¿Por qué murió por mí?
- Porque su amor era real.
Kili levanto la mirada hasta Thranduil.
- Dejad que se quede conmigo.
- Era una elfa de los bosques. Debe descansar bajo las estrellas.
- Era una elfa que amaba a un enano.- Murmuro acariciando su cara.- Yo hare que descanse bajo ellas. Hare que siempre camine bajo las estrellas…
Thranduil guardo silencio un rato mirándolos a los dos y finalmente asintió.
- Está bien. Ordenare que preparen su cuerpo y se quede.- Se acercó al enano extendiendo su mano.- Vamos. Mis médicos están con tu hermano y tus heridas necesitan ser tratadas.
Kili se inclinó besando los labios de Tauriel con ternura y se puso en pie ayudado por el rey, mirando una ultima vez el cuerpo de Tauriel mientras se alejaban.
* * *
Thorin abrió los ojos confuso, parpadeo tratando de recordar donde estaba y que había pasado, mientras su visión se ajustaba, intento levantar la cabeza, pero el fuerte mareo se lo impidió.
Sus ojos se encontraron con Balin, que fumaba en pipa mientras le miraba con ojos preocupados y una pequeña sonrisa en su amable rostro.
- ¿Fili? ¿Kili?- Susurro con voz ronca
- Están bien. Heridos, pero bien.- Señalo un par de camastros al otro lado, donde los dos hermanos dormían.- No han querido separarse de tu lado desde que os bajaron de la colina.
Thorin miro a sus sobrinos y sonrió orgulloso de ellos antes de volver a mirar a Balin.
- ¿Dónde? ¿Cómo?- Carraspeo intentando quitarse la sequedad de la garganta.
- Thranduil.- Ante la mirada de extrañeza de Thorin, Balin asintió dando una profunda calada a su pipa antes de continuar.- Gandalf llego a ti justo a tiempo, te salvo. Y aunque no lo creas, el rey Thranduil ordeno que se dispusiera de todo lo necesario, tanto para hombres como para enanos. Esta es su tienda.
Thorin cerró los ojos y asintió despacio, se sentía cansado, pero aun no podía descansar, necesitaba saber que había pasado. Balin se levantó y le ayudo a beber un poco de vino.
- ¿Bilbo y los demás?- Pregunto después de beber y agradecerle a su primo. Hablaban en voz baja para no despertar a los chicos.
- Todos están bien. Se han estado turnando para hacer guardia a tu lado y de no ser por todo el trabajo que hay, todos estarían aquí ahora. Gandalf se marchó con las águilas aquel mismo día, aunque dijo que volvería en unos días o semanas.- Rio un poco cuando Thorin resoplo molesto, pero mirándole con una pequeña sonrisa.- Tu primo Dain se fue ayer, después de retirar los cuerpos de los nuestros, pero ha tenido un destacamento en la puerta de Erebor para evitar que nadie antes que tu entre en la montaña, también prometió regresar en un par de días con víveres y un ejército de enanos para ayudarnos a reconstruir y limpiar Erebor hasta que los nuestros lleguen de Ered Luin, a los que ya envió mensaje de que hemos recuperado nuestro hogar… ¿Thorin que haces?- Pregunto cuando vio que se intentaba incorporar.
- Intento levantarme, hay mucho que hacer y poco tiempo
- Estate quieto.- Dijo obligándole a acostarse en la cama.- Has estado a punto de morir Thorin, dos días inconsciente, tienes que descansar, y es noche cerrada, no hay nada que hacer hasta mañana.
Los dos se quedaron completamente quietos y en silencio, mirando hacia el camastro que ocupaba Kili que se revolvía en sueños murmurando algo.
- No le había visto hacer eso desde que era un niño pequeño…- Murmuro preocupado.
Balin asintió mirando también al muchacho removerse en la cama.
- Los dos estaban muy mal cuando los trajeron. Pero es Kili quien más me preocupa…- Dijo y le contó a Thorin lo que había ocurrido con Tauriel. Lo poco que sabían y de lo que les había informado el propio Thranduil, pues Kili se había negado a hablar de ello.- Me temo que sus heridas son más profundas de lo que se ve a simple vista
Los dos enanos hablaron durante algún tiempo más, terminando de ponerse al día y planeando que hacer en los próximos días, hasta que finalmente, un agotado Thorin, volvió a quedarse profundamente dormido bajo la atenta mirada de su primo.