[Fanfiction]Cronicas de tierra media: la sombra del capitan.
Feb 15, 2015 22:51:03 GMT
Sra. de Thranduil and Dis Uzbadnatha like this
Post by Lord Elegost on Feb 15, 2015 22:51:03 GMT
Nombre: Cronicas de tierra media: la sombra del capitan.
Rating: T
Categoría: Adventure.
Disclaimer: Los personajes reconocibles de Tolkien, le pertenecen.
Summary: aventuras ambientadas antes de LOTR y despues del Hobbit. Muchas cosas sucedieron antes de que estallara la guerra del anillo. El capitan Arathorn ha muerto y su hijo es demasiado joven. muchas decisiones se tomaran para proteger la esperanza de los hombres. Aragorn esta destinado a convertirse en el capitan de los montaraces, pero tendra un largo camino de aprendizaje.
Notas: Side-story.
El paraje ardía en llamas, los arbustos y matorrales eran consumidos vorazmente por el fuego, el humo se alzaba hasta el cielo teñido de rojo, señal de que la noche se acercaba irremediablemente.
Una pequeña horda de trasgos huía atemorizada de un grupo de montaraces. Varios en la retaguardia caían ante la acción de las espadas y lanzas de los feroces Jinetes.
-Capitán Elegost, ¿quiere que continuemos con la escaramuza? Hay que atender a los heridos, además, nuestras provisiones comienzan a escasear.
El capitán quedo en silencio, calculando sus palabras.
-Tienes razón Halbaron, como siempre. -observando con severidad los cadaveres de los trasgos muertos.-Esas alimañas tienen sus huestes muy menguadas y no representaran una amenaza en muchos años. – tomo las riendas de su caballo y lo hizo girar en dirección contraria. –Es momento que volvamos a nuestros hogares. Todos nos merecemos un descanso.
Mientras tanto, en las cercanías de Bree; un solitario jinete cabalgaba a paso ligero por las calles de la población. Una vieja capa lo protegía del abrazador sol de mediodía. no tenia mas de 20 años, aun asi, su mirada reflejaba experiencia.
Desde que tenía uso de razón, él jinete había sido conocido como Estel y vivido en Rivendel, también llamado Imladris. Pero unas semanas antes, al cumplir los 20 años, Elrond considero que tenía edad suficiente para conocer su herencia como descendiente de los reyes de Arnor y Gondor, enemigos jurados de Morgoth y su fiel sirviente Sauron: el era descendiente de los reyes de antaño, hombres que llegaron del mar y fundaron reinos que protegieron tierra media.
Sobre una mesa, Elrond puso los simbolos de realeza: Un anillo, una espada rota, un cetro y una joya reluciente.
No llevaba mucho tiempo que conoció a Lady Arwen, hija de Lord Elrond y Celebrian, cuando paseando en los alrededores del palacio se cruzó con una belleza desconocida para él.
-¡Oh, Tinuviel, Tinuviel! –exclamo sorprendio, creyendo que se encontraba ante el espectro de Luthien. –¿Tan grande es tu penar, que aun te apareces ante tu gente?
-No, no soy ella, más reconozco el nombre en uno de mis antepasados. –comento la Peredhel. -porque yo soy Arwen, hija de Elrond y también me llamo Undomiel. Más tú no me has dicho el tuyo.
-Me llaman Estel entre elfos, Aragorn entre hombres y somos parientes lejanos, pues yo también desciendo de Luthien. Pero, ¿Dónde pudo esconder tu padre tan hermoso tesoro? Pues es la primera vez que te observo.
-No es que mi padre me haya mantenido escondida todos estos años. –Giro la vista hacia el este, en dirección a las montañas. -He vivido en las tierras de mi madre, Lothlorien por largo tiempo y vengo de visita, luego de largo tiempo, al reino de mi padre.
De pronto, algo le hizo dejar las reminicencias del pasado. Un chico empujando a una niña más pequeña a un charco de lodo
-¡Donde está, donde lo escondiste perra! -La tomo del cabello y sumergió su cara en el charco. -¿ahora me dirás donde lo escondiste? – saco su cara del lodo, jalándole del cabello.
La chica lo miro con cara de desprecio y le escupió el lodo que le había hecho tragar.
-¡Vete al diablo, Will Helechal! –contesto la chica. Will se limpió el lodo de la cara y volvió a sumergirle la cara en el lodo
-Veo que no piensas cooperar. ¡Qué mal!
Estel descendió de su caballo y camino en dirección de la trifulca.
-¿Se puede saber que guía tan vil comportamiento? –Exclamo Estel.
Will se distrajo por un instante por la amenaza del montaraz y su víctima aprovecho para escapar. Ella paso junto al Dunedain, por un instante cruzando miradas, y corrió hacia una colina repleta de vegetación, perdiéndose entre el follaje.
-Jum. –exclamo Will Helechal. El extraño había arruinado las cosas, pero enfrentarlo podría resultar peligroso, puesto que este venia armado. –Ya tendré oportunidad de vengarme. –dio media vuelta y se alejó del lugar.
-Oh, ¡Tonto de mí! –saco un pequeño pedazo de papel, en el venia anotada una dirección. -¡olvide preguntar si conocían esta dirección! Da igual, no me hará mal conocer un poco el lugar.
No le tomo mucho localizar el lugar. Alzo la vista y vio que en la cima de la colina se encontraba una casa hecha completamente de madera, que si bien no era una gran mansión, era algo más grande que otras casas de Bree.
-Bueno, parece que este es el lugar. –golpeo la puerta y espero que alguien le abriera.
La puerta se abrió y una mujer trigueña, de cabellos castaños lo recibió.
-Buenas tardes, ¿se le ofrecen algo? -Pregunto la mujer.
-Buenas…disculpe, ¿Vive aquí un montaraz de nombre Elegost?
-Asi es, aunque en este momento se encuentra fuera. Pero ¿Por qué no entras y bebes algo? mientras me cuentas más de ti.
Estel entro y observo con atención el lugar, parecía una casa bastante rustica, pero apacible.
-Por cierto, Me llamo Zandra, Zandra Sauce Llorón. –dijo la mujer mientras recogía una jarra y una taza de la cocina. Y si no es indiscreción, ¿para que lo busca?
El montaraz sostuvo la taza mientas el chocolate caliente caía dentro de esta.
-pues veras, soy Aragorn, hijo de Gilraen y creo que el nombre de mi padre era…
-Arathorn. –contesto Zandra, mientras en sus ojos se reflejaba algo de tristeza. –Entonces eres el sobrino de Elegost, ¿correcto?- Acomodo la jarra sobre la mesa. -¿Podrias disculparme un momento? Tengo que avisarle a mi hija que tenemos visitas.
-¿Qué clase de persona es mi tio?-pregunto el Dunadan antes que la mujer se marchara.
-Tendras que comprobarlo por ti mismo. -respondio con una sonrisa en el rostro.
Zandra golpeo la puerta del cuarto de baño donde su hija se bañaba.
-Sallah, hija ¡apresurate, tenemos un invitado!
Sallah salió de la tina, observo el agua completamente café por todo el lodo que trajo adherido a su cuerpo.
-¿Un invitado? ¿Es acaso mi padrino?-Pregunto Sallah, mientras secaba su cuerpo con una toalla.
Su madre entro y le dejo ropa para que se vistiera.
-Ya lo veras. -respondio mientras salia del baño.
Minutos despues, La pequeña salió de su habitación algo molesta. Zandra ni se inmuto, conocia muy bien el caracter de su hija.
-Mama, ¿es en serio? ¿Un vestido? Y peor aún, de holanes. ¡Tú sabes que odio los vestidos!
-No he tenido tiempo de lavar la ropa sucia, tendrás que llevarlo hasta mañana.
Sallah estaba a punto de soltar una rabieta, cuando, observando detenidamente al invitado, lo reconoció como el forastero que había visto anteriormente en el pueblo
-Tu... -señalandolo con el dedo. -¡Ni pienses que te voy a agradecer por lo de hace rato! Creo que puedo arreglármelas sola…sin la ayuda de un forastero.
-¡Sallah! ¿Qué te ha dicho sobre molestar a las visitas?
-Lo siento, mucho, mucho. –contesto con desgano la pequeña.
El joven Dunadan observo detenidamente a la chica. Tendría una edad aproximada de nueve o diez años, con el cabello castaño y la piel trigueña, caracteristica de la gente del lugar. Pero había algo que le llamo la atención fugazmente en el pueblo y ahora que podía observarla con detenimiento, estaba seguro que no había ningún error.
Sus ojos tenían una coloración azul grisácea. Solo los descendientes de Numenorianos poseían esa característica.
-No te escuchas muy convencida. -le recrimino su madre a la pequeña Sallah.
-¿Por qué debería estarlo? Para mí es un completo desconocido. -respondio, mientras torcia la boca
-Y es por eso que se quedara en tu habitación, para que se conozcan mejor.
-Pero, mama, ¿Por qué tengo que compartir mi habitación?
-Qué se yo, para que aprendas a socializar con las personas, para que tengas con quien conversar…o simplemente estas castigada por salir sin permiso y terminar en una riña callejera. ¡Así es señorita! Sé que si solo te mandara a tu habitación, sencillamente saltarías por la ventana.
-Vaya, cuanta sinceridad de tu parte. ¿Tan poca confianza me tienes, que hasta vigilante me pones?
Mientras tanto, muy lejos de Bree; en la lejana región de Rhovanion, Bestias aladas sobrevolaban la zona austral del bosque negro, donde se localizaba Dol Guldur, una tenebrosa fortaleza, obra de los sirvientes de Sauron.
-¡Ha regresado, el nigromante ha regresado! –exclamaban en su tosca lengua, varios trasgos.
Hacia una década que el concilio blanco había expulsado al nigromante, quien era el mismo sauron disfrazado. El poder de las sombras aún era fuerte en la fortaleza, aunque menguando poco a poco a falta de su señor.
Las bestias lanzaron sus terribles chillidos y descendieron a tierra. De estas, bajaron el nigromante –en realidad, Khamül "el oriental", el nazgul más poderoso, solo superado por el poder del rey-brujo- y una pequeña comitiva.
De pronto, el nigromante dio la orden que el ruido cesara
-Comprendo que les alegra mi regreso, pero las cosas no marchan bien desde mi partida: nuestros enemigos se han vuelto fuertes en el norte, como no lo han sido en siglos y nuestras fuerzas se encuentran enfrentadas unas con otras, algunas en clara rebeldía contra Dol Guldur…pero no teman, ahora su señor ha vuelto y nuestros enemigos caerán uno a uno.
Rating: T
Categoría: Adventure.
Disclaimer: Los personajes reconocibles de Tolkien, le pertenecen.
Summary: aventuras ambientadas antes de LOTR y despues del Hobbit. Muchas cosas sucedieron antes de que estallara la guerra del anillo. El capitan Arathorn ha muerto y su hijo es demasiado joven. muchas decisiones se tomaran para proteger la esperanza de los hombres. Aragorn esta destinado a convertirse en el capitan de los montaraces, pero tendra un largo camino de aprendizaje.
Notas: Side-story.
+++Capitulo Uno+++
Por varias edades del sol, los hombres libres enfrentaron a las huestes de los adoradores del señor oscuro. Durante tres eras, los numeros de hombres menguaban o aumentaban por los avatares del destino. Pero no hubo peor crisis que la desatada en el 2933, -incluso peor que la muerte del primer capitan Aragorn, muerto por lobos.-cuando temporalmente el puesto de capitan quedo vacante por la muerte de Arathorn a manos de orcos y no habiendo mas heredero que un niño de dos años.
En aquel entonces, un hombre fue escogido para ocupar el puesto de forma temporal...Paramos semidesérticos de Eriador, 2951...18 años despues de la muerte de Arathorn II.
El paraje ardía en llamas, los arbustos y matorrales eran consumidos vorazmente por el fuego, el humo se alzaba hasta el cielo teñido de rojo, señal de que la noche se acercaba irremediablemente.
Una pequeña horda de trasgos huía atemorizada de un grupo de montaraces. Varios en la retaguardia caían ante la acción de las espadas y lanzas de los feroces Jinetes.
-Capitán Elegost, ¿quiere que continuemos con la escaramuza? Hay que atender a los heridos, además, nuestras provisiones comienzan a escasear.
El capitán quedo en silencio, calculando sus palabras.
-Tienes razón Halbaron, como siempre. -observando con severidad los cadaveres de los trasgos muertos.-Esas alimañas tienen sus huestes muy menguadas y no representaran una amenaza en muchos años. – tomo las riendas de su caballo y lo hizo girar en dirección contraria. –Es momento que volvamos a nuestros hogares. Todos nos merecemos un descanso.
Mientras tanto, en las cercanías de Bree; un solitario jinete cabalgaba a paso ligero por las calles de la población. Una vieja capa lo protegía del abrazador sol de mediodía. no tenia mas de 20 años, aun asi, su mirada reflejaba experiencia.
Desde que tenía uso de razón, él jinete había sido conocido como Estel y vivido en Rivendel, también llamado Imladris. Pero unas semanas antes, al cumplir los 20 años, Elrond considero que tenía edad suficiente para conocer su herencia como descendiente de los reyes de Arnor y Gondor, enemigos jurados de Morgoth y su fiel sirviente Sauron: el era descendiente de los reyes de antaño, hombres que llegaron del mar y fundaron reinos que protegieron tierra media.
Sobre una mesa, Elrond puso los simbolos de realeza: Un anillo, una espada rota, un cetro y una joya reluciente.
No llevaba mucho tiempo que conoció a Lady Arwen, hija de Lord Elrond y Celebrian, cuando paseando en los alrededores del palacio se cruzó con una belleza desconocida para él.
-¡Oh, Tinuviel, Tinuviel! –exclamo sorprendio, creyendo que se encontraba ante el espectro de Luthien. –¿Tan grande es tu penar, que aun te apareces ante tu gente?
-No, no soy ella, más reconozco el nombre en uno de mis antepasados. –comento la Peredhel. -porque yo soy Arwen, hija de Elrond y también me llamo Undomiel. Más tú no me has dicho el tuyo.
-Me llaman Estel entre elfos, Aragorn entre hombres y somos parientes lejanos, pues yo también desciendo de Luthien. Pero, ¿Dónde pudo esconder tu padre tan hermoso tesoro? Pues es la primera vez que te observo.
-No es que mi padre me haya mantenido escondida todos estos años. –Giro la vista hacia el este, en dirección a las montañas. -He vivido en las tierras de mi madre, Lothlorien por largo tiempo y vengo de visita, luego de largo tiempo, al reino de mi padre.
De pronto, algo le hizo dejar las reminicencias del pasado. Un chico empujando a una niña más pequeña a un charco de lodo
-¡Donde está, donde lo escondiste perra! -La tomo del cabello y sumergió su cara en el charco. -¿ahora me dirás donde lo escondiste? – saco su cara del lodo, jalándole del cabello.
La chica lo miro con cara de desprecio y le escupió el lodo que le había hecho tragar.
-¡Vete al diablo, Will Helechal! –contesto la chica. Will se limpió el lodo de la cara y volvió a sumergirle la cara en el lodo
-Veo que no piensas cooperar. ¡Qué mal!
Estel descendió de su caballo y camino en dirección de la trifulca.
-¿Se puede saber que guía tan vil comportamiento? –Exclamo Estel.
Will se distrajo por un instante por la amenaza del montaraz y su víctima aprovecho para escapar. Ella paso junto al Dunedain, por un instante cruzando miradas, y corrió hacia una colina repleta de vegetación, perdiéndose entre el follaje.
-Jum. –exclamo Will Helechal. El extraño había arruinado las cosas, pero enfrentarlo podría resultar peligroso, puesto que este venia armado. –Ya tendré oportunidad de vengarme. –dio media vuelta y se alejó del lugar.
-Oh, ¡Tonto de mí! –saco un pequeño pedazo de papel, en el venia anotada una dirección. -¡olvide preguntar si conocían esta dirección! Da igual, no me hará mal conocer un poco el lugar.
No le tomo mucho localizar el lugar. Alzo la vista y vio que en la cima de la colina se encontraba una casa hecha completamente de madera, que si bien no era una gran mansión, era algo más grande que otras casas de Bree.
-Bueno, parece que este es el lugar. –golpeo la puerta y espero que alguien le abriera.
La puerta se abrió y una mujer trigueña, de cabellos castaños lo recibió.
-Buenas tardes, ¿se le ofrecen algo? -Pregunto la mujer.
-Buenas…disculpe, ¿Vive aquí un montaraz de nombre Elegost?
-Asi es, aunque en este momento se encuentra fuera. Pero ¿Por qué no entras y bebes algo? mientras me cuentas más de ti.
Estel entro y observo con atención el lugar, parecía una casa bastante rustica, pero apacible.
-Por cierto, Me llamo Zandra, Zandra Sauce Llorón. –dijo la mujer mientras recogía una jarra y una taza de la cocina. Y si no es indiscreción, ¿para que lo busca?
El montaraz sostuvo la taza mientas el chocolate caliente caía dentro de esta.
-pues veras, soy Aragorn, hijo de Gilraen y creo que el nombre de mi padre era…
-Arathorn. –contesto Zandra, mientras en sus ojos se reflejaba algo de tristeza. –Entonces eres el sobrino de Elegost, ¿correcto?- Acomodo la jarra sobre la mesa. -¿Podrias disculparme un momento? Tengo que avisarle a mi hija que tenemos visitas.
-¿Qué clase de persona es mi tio?-pregunto el Dunadan antes que la mujer se marchara.
-Tendras que comprobarlo por ti mismo. -respondio con una sonrisa en el rostro.
Zandra golpeo la puerta del cuarto de baño donde su hija se bañaba.
-Sallah, hija ¡apresurate, tenemos un invitado!
Sallah salió de la tina, observo el agua completamente café por todo el lodo que trajo adherido a su cuerpo.
-¿Un invitado? ¿Es acaso mi padrino?-Pregunto Sallah, mientras secaba su cuerpo con una toalla.
Su madre entro y le dejo ropa para que se vistiera.
-Ya lo veras. -respondio mientras salia del baño.
Minutos despues, La pequeña salió de su habitación algo molesta. Zandra ni se inmuto, conocia muy bien el caracter de su hija.
-Mama, ¿es en serio? ¿Un vestido? Y peor aún, de holanes. ¡Tú sabes que odio los vestidos!
-No he tenido tiempo de lavar la ropa sucia, tendrás que llevarlo hasta mañana.
Sallah estaba a punto de soltar una rabieta, cuando, observando detenidamente al invitado, lo reconoció como el forastero que había visto anteriormente en el pueblo
-Tu... -señalandolo con el dedo. -¡Ni pienses que te voy a agradecer por lo de hace rato! Creo que puedo arreglármelas sola…sin la ayuda de un forastero.
-¡Sallah! ¿Qué te ha dicho sobre molestar a las visitas?
-Lo siento, mucho, mucho. –contesto con desgano la pequeña.
El joven Dunadan observo detenidamente a la chica. Tendría una edad aproximada de nueve o diez años, con el cabello castaño y la piel trigueña, caracteristica de la gente del lugar. Pero había algo que le llamo la atención fugazmente en el pueblo y ahora que podía observarla con detenimiento, estaba seguro que no había ningún error.
Sus ojos tenían una coloración azul grisácea. Solo los descendientes de Numenorianos poseían esa característica.
-No te escuchas muy convencida. -le recrimino su madre a la pequeña Sallah.
-¿Por qué debería estarlo? Para mí es un completo desconocido. -respondio, mientras torcia la boca
-Y es por eso que se quedara en tu habitación, para que se conozcan mejor.
-Pero, mama, ¿Por qué tengo que compartir mi habitación?
-Qué se yo, para que aprendas a socializar con las personas, para que tengas con quien conversar…o simplemente estas castigada por salir sin permiso y terminar en una riña callejera. ¡Así es señorita! Sé que si solo te mandara a tu habitación, sencillamente saltarías por la ventana.
-Vaya, cuanta sinceridad de tu parte. ¿Tan poca confianza me tienes, que hasta vigilante me pones?
Mientras tanto, muy lejos de Bree; en la lejana región de Rhovanion, Bestias aladas sobrevolaban la zona austral del bosque negro, donde se localizaba Dol Guldur, una tenebrosa fortaleza, obra de los sirvientes de Sauron.
-¡Ha regresado, el nigromante ha regresado! –exclamaban en su tosca lengua, varios trasgos.
Hacia una década que el concilio blanco había expulsado al nigromante, quien era el mismo sauron disfrazado. El poder de las sombras aún era fuerte en la fortaleza, aunque menguando poco a poco a falta de su señor.
Las bestias lanzaron sus terribles chillidos y descendieron a tierra. De estas, bajaron el nigromante –en realidad, Khamül "el oriental", el nazgul más poderoso, solo superado por el poder del rey-brujo- y una pequeña comitiva.
De pronto, el nigromante dio la orden que el ruido cesara
-Comprendo que les alegra mi regreso, pero las cosas no marchan bien desde mi partida: nuestros enemigos se han vuelto fuertes en el norte, como no lo han sido en siglos y nuestras fuerzas se encuentran enfrentadas unas con otras, algunas en clara rebeldía contra Dol Guldur…pero no teman, ahora su señor ha vuelto y nuestros enemigos caerán uno a uno.